Un mensaje del Hermano Chidananda
Almas amadas:
¡Amorosos saludos para la familia espiritual de nuestros queridos amigos y seguidores de Paramahansa Yogananda! Durante este año del 75.º aniversario de Autobiografía de un yogui de nuestro Gurú, mi corazón se llena de gratitud por las imperecederas bendiciones que este asombroso libro ha traído a mi vida y a las vidas de incontables personas en todo el mundo. Como a muchos de ustedes, Autobiografía me introdujo por primera vez en las enseñanzas de Paramahansa Yogananda acerca del Kriya Yoga. Mirando hacia atrás, después de todos estos años, recuerdo la emoción del despertar de mi alma a las «posibilidades jamás soñadas» que parecían brotar de las páginas, directamente hacia mi corazón y cerebro, desde la conciencia saturada de Dios del autor y su sucesión de Gurús.
Entre los innumerables efectos transformadores para mi vida que siguieron a esa primera lectura, sin duda uno de los más conmovedores ha sido el gozo del satsanga (confraternidad divina) con miles de personas en todo el mundo que han sido transformadas de manera similar: ¡todos ustedes! Cada vez que tengo el privilegio de reunirme con devotos de este sendero, vuelve a impactarme el poder de lo que nuestro Gurú trajo a la vida de tantas personas a través de este libro, y del interminable flujo de inspiración e instrucción que descubrimos después de esa introducción: las miles de páginas de charlas y escritos que fluyeron a través de él desde la Fuente Divina, y las técnicas liberadoras de la ciencia de la meditación del Kriya Yoga impartidas a través de sus Lecciones de SRF/YSS. Para ver esto, basta con mirar los ojos y rostros de los devotos sinceros del sendero del Kriya Yoga —aquellos que practican la meditación; quienes van más allá de un mero enfoque filosófico o inspirador de las enseñanzas y realmente usan lo que Paramahansa Yogananda otorgó como una disciplina diaria para conocer a Dios, un sadhana diario. Sus rostros, sus ojos, brillan con luz desde su interior. Éste es el poder de esta ciencia del Kriya Yoga. ¡Qué tesoro, qué bendición perpetua y fuente de fortaleza, elevación y conexión con Dios nos ha dado nuestro gurudeva!
Aquí, en los ashrams estadounidenses de Paramahansaji, pronto celebraremos el Día Nacional de Acción de Gracias. Nuestro Gurú admiraba el propósito espiritual detrás de esta celebración, especialmente la costumbre de tomarse un tiempo para reconocer y agradecer conscientemente a Dios por todo lo bueno que se manifiesta en nuestras vidas. El Espíritu Infinito permanece desconocido y misterioso para quienes no cultivan una relación personal con su Creador; pero para quienes practican la presencia de Dios —no sólo durante las festividades especiales, sino de manera constante, como conciencia devocional, día tras día, año tras año— el Bienamado se convierte en un dador tangible de seguridad, guía, amor e inspiración que sostiene en todo momento nuestras almas, como nada más puede hacerlo.
Hace años, nuestra venerada sanghamata, Sri Daya Mata, dirigió estas palabras a los seguidores de Paramahansa Yogananda en la época de Acción de Gracias. Creo que las encontrarán especialmente significativas en este momento:
«En este día dedicado a recordar al Creador y Sustentador de todos nosotros, oro para que descubras de nuevo, bajo la superficie frecuentemente tumultuosa de la vida, la seguridad inmutable y estabilizadora de tu Padre Celestial, Madre, Amigo. Dios ha ocultado su omnipresencia y omnipotencia tras las escenas constantemente cambiantes de este drama terrenal y la deslumbrante variedad de su creación. Sin embargo, Él siempre llama a la puerta de nuestra conciencia. ¿Qué despierta en nosotros la fe y el valor para ser fuertes en los momentos de dificultad e inseguridad, si no es su inquebrantable presencia en nuestras almas? ¿Qué suscita en nosotros el deseo de compartir lo que tenemos con los necesitados, si no su amor compasivo que susurra en nuestro interior? ¿Por qué nuestros corazones se regocijan ante la magnificencia de una puesta de sol, o se conmueven ante el hermoso color y el intrincado detalle de una hoja de otoño? Es su belleza la que nuestras almas vislumbran en todo lo que es edificante e inspirador en este mundo. Cuando seguimos hasta la fuente cada sentimiento puro, cada acción noble, cada bien que recibimos, encontramos el escondite de Dios.
»Mediante la simple práctica de la remembranza, puedes anclar tu conciencia en la bendición constante de su amor y protección sustentadores».
Almas amadas, que el Dios que se hizo tan real para tantos miles de nosotros a través de Autobiografía de un yogui —aquel Dios cuyo amor y transformadora presencia vuelve a renovarse cada vez que visitamos esas benditas páginas, y especialmente cuando practicamos la ciencia del Kriya Yoga, de la que dicho libro fue el heraldo mundial— les traiga luz, gozo y la seguridad de su propia divinidad como hijos inmortales de Dios, ahora y siempre.
Bendiciones incesantes en Dios y el Gurú,
Hermano Chidananda
