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15 de marzo de 2011

Después del fallecimiento de Sri Daya Mata, llegaron como un alud a la Sede Central miles de mensajes —correos electrónicos, cartas y llamadas telefónicas— procedentes de amigos y personas del mundo entero que expresaban su aprecio por ella. Algunos devotos rememoraban la inspiración que sintieron al reunirse con Ma a lo largo de los años; pero también había muchos que jamás la conocieron personalmente y, sin embargo, sentían una estrecha relación con ella a través de la comunión interior. 

Si bien los extractos que aquí se presentan nos ofrecen una vislumbre de la amplia diversidad de experiencias personales que los devotos tuvieron con esta amada líder espiritual, todos ellos reflejan el tema común del amor y la compasión incondicionales que eran la esencia de Sri Daya Mata.


«He comprobado —y creo que muchos devotos también lo han hecho— que mediante el deceso de nuestra amada Daya Mata hemos tenido la inmensa bendición de llevar a cabo meditaciones más profundas y de recibir amorosas percepciones intuitivas que la suave voz de Ma susurraba directamente en nuestro corazón. Jamás he sentido un amor tan inmenso como durante los pasados días en que la hemos recordado gozosamente. Nuestra amada Ma continúa bendiciéndonos incluso durante su ascensión. Y tengo la certeza de que nunca seremos los mismos».

— D. Z., California (EE.UU.)


«Su deceso nos ha aportado un mayor entendimiento del servicio tan difícil e importante que ella prestó durante tantos años, no sólo a nosotros los miembros, sino al mundo entero».

— Anónimo, Finlandia 


«Es una gran pérdida, no sólo para nosotros los devotos, sino para el mundo entero, ya que una gran santa y amante de Dios no camina más sobre la tierra. Su vida, su mensaje y su ejemplo de lo que es un perfecto discípulo nos han inspirado a todos durante décadas. En cuanto a mí, puedo decir que he leído sus obras y he escuchado sus casetes tantas veces que su voz está permanentemente grabada en mi mente, y sus palabras se hallan impresas para siempre en mi corazón. Ella es y continuará siendo una profunda fuente de inspiración en mi sadhana. Le agradezco a la Madre Divina haberle pedido que permaneciese con nosotros por tanto tiempo. Aunque su pérdida me entristece, me siento feliz por Daya Mata, pues ella es ahora libre en el infinito océano de bienaventuranza de nuestra Madre Divina. Tengo la certeza de que continuará guiándonos y orando por nosotros desde el lugar en que ahora se encuentra, al lado del Maestro».

— F. B., Brasil 

 

«En varias ocasiones le escribí; me sorprendía su interés personal en cada uno de nosotros, y la forma en que respondía siempre con pensamientos sabios y amorosos, así como con sugerencias prácticas para seguir el sadhana con paciencia y amor, como ella hiciera.

»Ella era una expresión tangible del amor de la Madre Divina: una personificación de Prem, el Prem de nuestro Gurú, ¡y el Prem de la Divinidad!».

— A. R., Italia 

 

«Paramahansa Yogananda dijo que, cuando hubiese abandonado su cuerpo, “sólo el amor podrá reemplazarme”. Hemos aprendido de La ciencia sagrada que el Amor es la fuerza de atracción más poderosa que existe y que constantemente atrae la creación de vuelta hacia el Creador. En este mundo nadie puede “dar amor”; tan sólo podemos purificarnos en tal medida que el amor logre fluir e irradiar a través de nosotros. Esto es lo que Sri Daya Mata hizo a la perfección y de tan bella manera. Dondequiera que iba, el amor divino irradiaba de ella. Cuando daba sus charlas en la Convención anual de SRF, la vibración de su amor llenaba por completo el salón California del Hotel Bonaventure, y todos percibían esa vibración, incluso quienes no eran miembros de SRF. Además, su amor se hallaba perfumado y ornamentado con su genuina e inocente humildad. No conozco ningún ejemplo en toda la historia de la humanidad de alguien que habiendo sido líder de una destacada organización durante sesenta años no haya tratado, al menos en alguna ocasión, de atribuirse méritos por el éxito de la organización. Sri Daya Mata jamás lo hizo; en sus escritos y charlas siempre reconoció el mérito a quien en verdad le pertenece: a nuestro Gurú y a Dios. Tanto las generaciones futuras de discípulos monásticos de SRF como los discípulos laicos se sentirán inspirados, mediante la vida ejemplar de Sri Daya Mata, a expresar en sus vidas una gentil y amorosa humildad».

— S. B., Georgia (EE.UU.)  

 

«Existen grandes maestros: son como faros que con su luz guían a la humanidad cuando se halla sumida en la oscuridad y en la desesperación durante las épocas de caos en el mundo. Y existen los discípulos que tienen una misión aún más importante: su obra consiste en conservar y alimentar ese haz de luz para que jamás muera o se desvanezca, a fin de que continúe guiándonos en los tiempos de tribulaciones. Ésa fue la misión de nuestra reverenciada Sri Daya Mata. Fue una discípula que mantuvo encendida la luz de las enseñanzas y de la misión de nuestro Maestro».

— J. C., Portugal 

 

«Es difícil expresar con palabras el torrente de sentimientos relacionados con la transición de un alma como la de nuestra bienamada Sri Daya Mataji. El celo con que ella mantenía la pureza de las enseñanzas y las disposiciones de Gurudeva no tiene paralelo en nuestra actual Era de Dwapara.

»Su impecable actitud desinteresada, su inquebrantable dedicación, su extraordinaria lealtad, su espiritualidad tan dinámica y su desconcertante sencillez son cualidades de las que el mundo actual carece en gran medida y de las cuales existe una urgente necesidad. Sin embargo, con devoción y amor profundos, ella continuó llevando a cabo su misión por el Ser Divino con quien debemos aspirar a encontrarnos —algún día— cara a cara, no sólo al ofrecer un ejemplo perfecto e inigualable, sino también al dejar un legado tan extraordinario que tardará tiempo en repetirse.

»El alcance de la vida de Daya Mataji simplemente escapa a la mentalidad humana. Se pueden decir muchas cosas o escribir muchos libros, mas su ejemplar sintonía con Dios y con la obra de Gurudeva vivirán por siempre como una cualidad que, todos sin excepción, debemos tratar de emular y aplicar en nuestra vida.

»Ella era en verdad una abanderada, que portaba la antorcha del amor de Dios y del Gurú con la valentía de un verdadero adalid, dispuesta a darlo todo por la causa de su Rey».

— E. R., Nueva York 


«Expresamos nuestro reconocimiento a Mataji, cuyo amor y compasión nos han inspirado y han colmado nuestro corazón de entusiasmo divino».

— O. y D. B., Bulgaria 


«No tuve el privilegio de conocer personalmente a Daya Mata, pero a lo largo de los años hubo en mi sadhana varias ocasiones en que ella vino a mí en sueños. Una vez vino a mí cuando oraba yo ardientemente por un querido amigo semanas antes de que él muriese. Ma se acercó y tocó mi frente con la suya para bendecirme; de manera intuitiva sentí que me mostraba una poderosa manera de visualizar igualmente a mi amigo al orar por él. Como puede advertirse, la presencia de Ma se presentó en mi vida en forma muy real y tangible, aun cuando jamás la conocí en persona».

— L. M., Connecticut (EE.UU.)


«No deseo hacer relato alguno; sólo quiero decir que ella se encuentra en mi corazón. Ella es mi ídolo, y deseo ser como ella». 

— Anónimo, Alemania 


«En 2003, a mi madre y a mi esposo, con una diferencia de seis meses, se les diagnosticó cáncer metastásico y, en ambos casos, se les pronosticó poco tiempo de vida. Casi al mismo tiempo, su estado se tornó crítico. Pude hacer un viaje final a la costa este [de EE.UU.], donde experimenté la bendición de tener a mi madre en mis brazos mientras ella fallecía en paz. Dos días después de su defunción, recibí una llamada para que regresara a casa, pues la salud de mi esposo se estaba deteriorando. A los pocos días de mi vuelta a casa, se le ingresó en la unidad de cuidados intensivos del hospital, sin esperanzas de que sobreviviese. Esa noche oré profundamente a la Madre Divina y le rogué que, aunque yo sabía que Ella estaba siempre a mi lado, me diese una señal humana que lo confirmara. Yo luchaba para mantener mi ecuanimidad, pero en ocasiones el sufrimiento era abrumador.

»Justo al día siguiente, recibí una llamada de la Sede Central. Me sorprendió, pues yo no había llamado ni escrito a la Sede Central. Una hermosa voz me dijo: “Quisiera concertar una cita para usted, a fin de que hable con una monja, pues tenemos un mensaje para usted de Daya Mata; pero antes quisiera comunicarle que ella me ha pedido decirle directamente que la Madre Divina está siempre a su lado”. Al oír esas palabras, caí de rodillas, sollozando con una gratitud más allá de toda medida e inexpresable en palabras. A los pocos momentos, vino una monja al teléfono, me leyó el mensaje de la bienamada Mataji y consoló mi alma. Éste fue un profundo ejemplo de la perfecta sintonía con Dios y Guruji que tenía nuestra amada Mataji, así como de su gran compasión y amor por todos. Jamás tuve el privilegio de conocer en persona a nuestra amada Mataji, pero su amor y compasión están grabados en mi corazón y en mi alma». 

— Anónimo, California (EE.UU.) 


«Estar en su presencia fue una experiencia que jamás olvidaré. Los presentes nos hallábamos inmersos en las olas de su amor, lo cual nos hacía derramar lágrimas de gozo».

— Anónimo, Canadá 


«Para todos los que literalmente “crecimos” con nuestra amada Daya Mata y las enseñanzas de SRF, es sorprendente tenerla con nosotros y sentir su amor más tangiblemente que nunca. Siento como si todos estos años hubiese yo estado aprendiendo a conducir una bicicleta, y ella estuviese corriendo a mi lado, pronta a sujetarme si me tambaleaba mucho. De algún modo siento que estaré bien; mediante su ejemplo me enseñó lo que debo aprender —una inquebrantable dedicación y aprecio a la relación gurú-discípulo y a las enseñanzas que Paramahansa Yogananda nos ha proporcionado— y me enseñó que Dios siempre nos ama. Ahora hemos de permitir que ese Amor se abra paso hacia todos a través de cada uno de nosotros».

— S. W., Oregón (EE.UU.) 


«Me causó gran dolor recibir la noticia del deceso de nuestra amada Sri Daya Mata. Toda mi vida espiritual en el sendero, durante más de treinta años, ha estado acompañada por la presidencia y la guía espiritual de nuestra amada Ma. En el libro de Ma El gozo que buscas está en tu interior leí cómo, en 1948, ella había atravesado por una experiencia cercana a la muerte. Me confortó y llenó de gratitud el saber que ella había asumido esta responsabilidad inconcebiblemente difícil de convertirse en el sólido cimiento de nuestra familia espiritual y de la organización de SRF ¡durante más de sesenta y dos años! Creo que ahora estará completamente absorta en ese maravilloso amor que experimentó entonces».

— M. S., Alemania 


«Cada vez que yo le escribía, ella siempre me respondía; aun cuando le decía que no tenía que hacerlo, de todas maneras ella respondía. ¡A cuántas personas en todo el mundo protegió con esmero y les escribió, les proporcionó consejos espirituales y oró por ellas cada día de su vida! Daya Mata es una verdadera santa. El alma más bella que yo haya conocido jamás. Mi vida se ha transformado profundamente gracias a su ejemplo y su amor incondicional».

— L. W., Oregón (EE.UU.) 


«Inicié mi propio negocio en 2001. Le escribí a Daya Ma pidiendo sus bendiciones, pero en realidad no esperaba respuesta alguna, pues conocía sus enormes responsabilidades y las numerosas exigencias que reclamaban su tiempo. Grande fue mi sorpresa cuando al poco tiempo recibí su respuesta en la que animaba mi iniciativa y me proporcionaba detallados consejos. El tono de su carta era cálido e íntimo, como si me hubiese conocido durante edades, aun cuando nunca nos habíamos visto.

»Hasta ahora ha sido indudablemente mi amuleto de la buena suerte; he enmarcado la carta de Ma y la he conservado en mi oficina todos estos años. Cuando su carta llegó, la consideré de buen augurio, tal vez porque no la esperaba. La personalidad impecable de Ma y la manera en que se consagró a servir a los demás son faros que guían a aquellos que, como yo, nos encontramos en la “jungla” de los negocios. Su lema “Ama, sirve, y el resto déjalo en manos de Dios” ha sido de gran inspiración en mi trayectoria empresarial. Me siento muy orgulloso de ella por mantener los ideales del Gurú libres de toda imperfección ¡durante ocho ininterrumpidas décadas!».

— N. S., India 


«Nunca conocí a Daya Mataji personalmente, pero siento que haya abandonado su cuerpo como si la hubiese conocido de siempre. Para mí, ella representaba una montaña de fortaleza y seguridad; el solo hecho de saber que existía me confortaba. [...] Ella es el epítome de la sabiduría, la gracia y el amor… todo ello en la forma de un ser humano».

— H. S., California (EE.UU.)


«No puedo describir completamente el efecto que ella ha tenido en mi vida: ella es para mí un modelo femenino de belleza y amor divinos».

— E. B., California  (EE.UU.)


«Bienamada Sri Daya Mata, [...] estoy sumamente agradecido por las cartas que me ha enviado a lo largo de los años. Guruji y usted han transformado mi vida. Sus consejos, su amor incondicional y sus incesantes bendiciones me han ayudado siempre. ¡Oh Ma, por siempre la amaré! Continuaré abriendo mi corazón, mi mente y mi alma para recibir sus bendiciones. ¡Su sagrado libro En la quietud del corazón es mi cotidiana Biblia!».

— R. K., Alemania


«A fines de la década de los setenta tuve el privilegio de asistir a un satsanga que Sri Daya Mata impartió a los devotos después de la Convención. Tras su charla, ella saludó a cada uno de los devotos conforme salían de la capilla. Cuando la saludé con un pronam, la miré a los ojos. Era como mirar al infinito, a los ojos de Dios; poseían una profundidad insondable. Jamás había tenido una experiencia semejante. Ella sonrió y me dio la bienvenida a la Sede Central, y yo abandoné la capilla como si me encontrara en las nubes. Jamás he olvidado esta experiencia. [...]

»Para quienes no conocimos al Maestro, ella ha sido un ejemplo viviente de todo cuanto él enseñó».

— G. T., California (EE.UU.)


«Hace muchos años, un grupo de devotos me invitó a visitar a Sri Daya Mata en la Sede Central. Cuando nos sentamos en la biblioteca, nos dio un satsanga informal. Quedé paralizado de asombro al ver los ojos de Daya Mata. Yo había oído la expresión “mirada oceánica”, pero jamás había visto en los ojos de alguien tan enorme profundidad, fuerza y belleza. Me siento honrado de haber caminado sobre esta tierra al mismo tiempo que nuestra amada Ma».

— G. H., California (EE.UU.)


«Ni siquiera puedo comenzar a describir la gran influencia que Daya Mata ha ejercido en mi vida. Durante casi quince años, escuchar sus charlas o leer sus escritos ha sido parte de mi rutina diaria y realmente ha moldeado mi vida. Infaliblemente, ella ha avivado en mí el entusiasmo, la determinación espiritual y el anhelo por Dios. Pero sobre todo, me ha ayudado a cultivar una amistad íntima con el Amado Divino, que es muy dulce, amorosa, llena de confianza y arrobadora.

»Daya Mata me ayudó a convertir mis meditaciones en verdaderas ocasiones de comunión. Y me ayudó a convertir mis deberes en actos de amor que llevo a cabo en la presencia de mi Dios. Ma me mostró lo que significa ser discípulo, lo que significa ser amigo, lo que significa ser un humilde servidor y lo que significa ser líder; pero más que todo, me mostró lo que significa ser un Amante de Dios, un Amante embriagado con el vino de la devoción a Dios».

— M. P., Nevada (EE.UU.)


«Su presencia, sus logros y su ejemplo resplandecerán como una estrella durante muchas generaciones. Lo mejor de la India vivió en la ciudad de Los Ángeles bajo la forma de Sri Daya Mata».

— Anónimo, Maryland (EE.UU.)


«El relato de su vida lo dice todo. Su devoción al Maestro era inquebrantable y su dirección de SRF fue extraordinaria. Ella me aportó una continua inspiración sobre cómo llevar una vida espiritual mediante la práctica de la profunda comunión con Dios. Las palabras no pueden describir la enorme influencia que ella ha ejercido en mí y que continuará ejerciendo durante el resto de mi vida».

— S. L., Texas (EE.UU.)


«Con sólo verla, uno sabía más allá de toda duda que Sri Daya Mata era un ser de luz, todo amor y bondad. Para nuestra familia, Sri Daya Mata ha sido, es y será una fuente inagotable de inspiración y un ejemplo de cómo debe ser un verdadero discípulo de Paramahansa Yogananda».

— Anónimo, España


«Siempre he sentido amor al pensar en Ma».

— P. D., California (EE.UU.) 


«El inmenso Océano Pacífico ya no me separa de la presencia magnética de Sri Daya Mataji. Nuestra amada presidenta, líder, instructora y amiga se ha ido al encuentro de su Gurú, al mundo de la luz. Olas de bienaventuranza bañan nuestros corazones con su dulce amor. Aunque nos hemos quedado en la ribera, no estamos desamparados ni necesitamos lamentar que ella esté ahora al lado del Maestro. El Gurú y el Discípulo: el fulgor de su amor llega al mundo entero. Madre compasiva, te agradecemos tu virtuosa vida».

— H. W., Australia 


«Ya sea en el cielo o en la tierra, Sri Daya Mata ilumina mi sendero».

— N. R., Canadá