Introducción:
Cada vez más, los buscadores de todo el mundo practican la meditación. Pero muchos todavía no son conscientes de que Jesucristo conocía y enseñó esta ciencia universal y sagrada del alma a sus discípulos más cercanos.
Paramahansa Yogananda expresó: «Jesús impartió enseñanzas que a primera vista parecen simples, pero que son mucho más profundas de lo que la mayoría de la gente supone. Jesús empleó estos sencillos términos bíblicos, pero dio a entender que en ellos se incluye toda la ciencia del yoga, el camino trascendental para alcanzar la unión divina a través de la meditación».
A continuación, compartimos la sabiduría de Paramahansaji sobre la conciencia universal
—conocida como Conciencia Crística— que se manifestó perfectamente en Jesús y en todas las encarnaciones de la Divinidad, y acerca de cómo el yoga puede despertar esa conciencia infinitamente gozosa dentro de todos nosotros.
Tomado de las charlas y escritos de Paramahansa Yogananda:
Hay una distintiva diferencia de significado entre Jesús y Cristo. Jesús fue el nombre que recibió al nacer, en tanto que «Cristo» era su título honorífico. En el pequeño cuerpo humano llamado Jesús se produjo el nacimiento de la vasta Conciencia Crística, la omnisciente Inteligencia de Dios que está presente en cada elemento y partícula de la creación.
Buda, Cristo, Krishna, los grandes profetas de todas las regiones y épocas, poseían esa conciencia. Todos los que aspiren a ella, la lograrán.
Mediante el uso de la precisa ciencia de la meditación —conocida durante milenios por los sabios y yoguis de la India y, también, por Jesús—, todo buscador de Dios puede expandir la capacidad de su conciencia hasta hacerla omnisciente y recibir dentro de sí la Inteligencia Universal de Dios.
Para disfrutar de la verdadera Navidad debes celebrar el nacimiento de la Conciencia Crística en los centros espirituales de percepción divina situados en el cerebro y en la espina dorsal. En meditación profunda, pueden contemplarse todas las luces astrales de los centros espinales y se produce un intercambio entre la Conciencia Crística y tu propia conciencia. Esa es la verdadera celebración de la Navidad.
Cuando la Conciencia Crística venga a ti, descubrirás dentro de tu ser el Cosmos entero, con los mundos y universos en rotación pendiendo como adornos del árbol navideño de la columna vertebral. Así es como Jesús celebraba la «Navidad», es decir, el nacimiento de la Conciencia Crística en su interior.
Cristo se encuentra en tu interior, y puedes materializar esta verdad mediante el uso de las antiguas técnicas yóguicas de meditación. Aparte de la meditación profunda, no existe otro instrumento que sea capaz de detectar la presencia de esa todopoderosa Gracia en nuestro interior. Aquieta el cuerpo, retira la energía desde los sentidos hacia el cerebro y calma el corazón: Cristo estará allí, y podrás sentir el gozo divino del Cristo Infinito.
Cristo es el gozo de la meditación. Es su percepción la que sientes en las horas más profundas del silencio. Y éste es mi deseo para ti: que diariamente y en cada hora del día puedas atraer a Cristo a tu corazón.
¿Le gustaría expandir el amor que hay en su corazón hasta que alcance el infinito amor divino «que impregna y sostiene toda la manifestación»? Participe en una meditación guiada de Paramahansa Yogananda que le ayudará a conocer ese amor universal de la Divinidad, que todo lo satisface, y a fundirse con él. Se incluye un audio de la meditación guiada, leída por un monje de SRF.
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