«Cuando abrimos los ojos internos de la sabiduría del alma, contemplamos la omnipresente Luz Divina. Dentro de esta Luz se halla la conciencia de Cristo, el “Hijo” o reflejo puro de Dios presente en todos los rincones del universo. Esta Conciencia Crística, el Cristo Infinito, es el amor e inteligencia de Dios, que está llamando a la puerta de los cerrados párpados de nuestra alma y nos exhorta a mirar esa Luz interior, pues lo único que necesitamos es verla y, entonces, comprobaremos que toda ignorancia y diferencia se desvanece».
«“Jesús” y “Cristo” tienen significados diferentes. “Jesús” es el nombre del pequeño cuerpo humano en el cual se expresó la vasta Conciencia Crística. Pero, aun cuando la Conciencia Crística se manifestó en el cuerpo de Jesús, ella no puede ser limitada a una sola forma humana. Sería un error metafísico el afirmar que la omnipresente Conciencia Crística se encuentra circunscrita exclusivamente al cuerpo de un solo ser humano».
«Cuando San Juan declaró: “A todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios”, quiso decir que cualquiera que pudiera recibir esa Conciencia Crística, que pudiera incrementar la capacidad de su conciencia para contener ese océano infinito de verdad, se convertiría, como Jesús, en un hijo de Dios: en uno con el Padre».
«Esto ofrece esperanza a todo corazón que busque la verdad, porque no habría incentivo en seguir el ejemplo de Jesús si no pudiéramos ser como él. Jesús no nos fue enviado para simbolizar un objetivo inasequible. Él vino como una inspiración viviente, demostrando lo que todos podemos buscar y alcanzar con éxito».
«Al principio, cada día, la mente solía sugerirme: “No puedes conocer a Dios. Sólo los grandes maestros como Krishna, Jesús y Buda pudieron”. Aunque luego razonaba: “Si Dios los favoreció, Él es parcial; pero yo sé que no es así: Él no favorece a nadie. Incluso los grandes maestros debieron atravesar difíciles pruebas. Por lo tanto, si ellos alcanzaron el éxito divino, yo también puedo conocer a Dios”».
«Todas las personas que han alcanzado la realización espiritual, como Jesús, Babaji, Lahiri Mahasaya, Sri Yukteswar, Swami Shankara y otros maestros, son manifestaciones de nuestro único Padre: Dios. Me regocija el pensamiento de que mi ambición espiritual de lograr la unión con Dios es la misma aspiración que todos los grandes maestros espirituales ya han colmado».
Vea un breve video del Hermano Chidananda, Presidente de SRF/YSS en nuestra página web «La unidad de las Escrituras». En este video ahonda en la importancia que Paramahansa Yogananda dio en sus enseñanzas a la cita de San Juan mencionada anteriormente. Aunque está tomado de una charla grabada en 2020, el video apela directamente al momento presente y a la oportunidad siempre actual que cada uno tiene de realizar con éxito la unidad con la bienaventuranza de Dios —tal y como han hecho grandes yoguis y santos.
